El pensamiento como emocion de inteligencia, Maria Negroni


 María Negroni nos invita a reflexionar e incluso redefinir el concepto de ensayo al que solemos enfocar nuestra atención. Inclusive en la actualidad predomina la idea de ensayo como texto crítico serio y riguroso, se tiende a hacer énfasis en sus afirmaciones como explicaciones formales y evidencias concretas como define el artista Francis Bacon. Sin embargo la escritora argentina desafía las fronteras del ensayo entre la didáctica y la poesía entendida como saber alucinario. Sostiene que el pensamiento es una emoción de inteligencia, reivindica a su vez la importancia de la imaginación y la creatividad. Realiza una analogía con el viaje, una excursión entre la lógica deductiva y la inductiva. En el libro Taller de Expresión cátedra Reale, "Antología de ensayos breves", Bacon escribe "de los viajes" instrucciones para emprender una travesía, como por ejemplo entender el idioma y traer consigo un mapa que nos funcione de guia. Desde mi punto de vista el viaje consiste en adentrarse a la literatura y el arte de redactar aprendiendo de distintos autores y sus idiomas, tomando como modelos su manera de expresarse multiplicando las representaciones del mundo y de uno mismo. 

Realmente encuentro enriquecedor leer a María Negroni, sobre todo me gusto su texto " ir volver/ de un adónde a un adonde".  Me siento identificada con sus palabras porque son aquellos sentimientos que describe en su texto los que me invaden también al sentarme a escribir. Conozco muy bien la frustración, la angustia de tener tanto por decir y no saber cómo, cuando las palabras no tienen más pasión que lo inexplicable. El peso de la tradición, los roles asignados en la literatura; sus géneros discursivos, recursos y formas lingüísticas. Esta experiencia se evidencia claramente en los ensayos, al tratarse de un texto subjetivo donde combina las experiencias del ensayista y las diversas opiniones con las que trabaja. En mi experiencia, abunda en mí una exigencia inclusive desoladora que me arrastran a infinitas expectativas y comparaciones con otros textos, con otros autores. El peso de la tradición, los roles asignados en la literatura; sus géneros discursivos, recursos, variaciones y formas lingüísticas.  De lo que pocos hablan y en toda producción abunda: el miedo a fallar, a equivocarse. Maria Negroni nos reconforta al proponer aceptar al error como una premisa casi inevitable, tanto en la escritura como en la vida misma, exacerbar en los obstáculos nos puede conducir a ver los mismos como una ventaja. Sostengo firmemente  que el escribir y leer sin dudas te salva, sana la mente y el corazón, me considero la prueba de su efecto. Me inspiro en bellas palabras de la autora y comparto, si mi vida fuese un libro también quisiera transformar las sensaciones de inquietud y malestar en la magia de escribir como defensa al fracaso y apuesta al extravío como una posibilidad.

 Como mensaje esperanzador me llevo otra perspectiva del el silencio y el exilio, que con astucia pueden volverse armas imprescindibles de todo buen escritor. Agradezco la oportunidad de leer sus escritos y atesoro para esos momentos de soledad y tristeza donde nos sentimos sin suficiente inspiración, desorientados. Considero que hace falta valentía para hablar de lo que a muchos incomodan y atreverse a crear nuevos paradigmas. 


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